Lo perfecto es enemigo de lo bueno

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Muchos años atrás el ing. Jorge Bonifaz me dijo esta frase que quedó muy marcada en mi vida: "lo perfecto es enemigo de lo bueno". Vaya este texto dedicado a él.

A lo largo de mi carrera profesional he tratado de hacer entender a mucha gente esta frase, pero por muchos motivos, no la entienden. ¿Acaso es tan dificil entender que cuando algo es bueno, el hacerlo perfecto puede llevarlo a su perdición?

Ese es precisamente uno de los problemas que han salido muy a flote con mi equipo de colaboradores del CyberDomeGT: piensan en tantas cosas que pudiesen hacerlo el mejor juego en su tipo que terminan perdiéndose en los detalles. Por supuesto que he pensado en cosas similares... de hecho mi lista de upgrades es tan larga que a veces tengo que recordarlos para no olvidarlos, ya que si los anoto en papel, se que atentaré en mi contra y me pondré a hacerlos.

Si, yo también soy un fanático del perfeccionismo, pero estoy absolutamente consciente de que si me pongo a hacer perfecto algo que apenas está naciendo, no sólo voy a darle en la madre, sino que lo voy a terminar sepultando debido al exceso de detalles.

Todo debe evolucionar

Es curioso cómo siempre buscamos lo perfecto antes de encontrar lo bueno en todas las cosas. Nuestra necesidad por llenar esos vacíos en nuestras vidas es el principal motivo por el cual nos volvemos tan exigentes en todo, cosa que nos hace perder la perspectiva.

O que, ¿acaso ya nacimos siendo adultos? ¿acaso cuando un ave sale del huevo ya sabe volar? ¿acaso la primera versión de Microsoft Word tenía todo lo que tiene la versión actual? ¿y que nomás porque la primera versión de Word no estaba hecha para Windows significa que no sirve?

La perfección que las cosas van alcanzando con el tiempo es lo que les da valor. Así como las buenas relaciones amorosas se caracterizan por la calidad y no por la cantidad de tiempo que se les invierte, también nuestro reloj, la calculadora de bolsillo, el sartén en el que freímos los huevos y hasta el cepillo de dientes han pasado por un proceso de prueba y error que en la mayoría de los casos ha tomado décadas.

Leía yo un artículo de Mike Elgan, un afamado escritor de tecnología, en el cual dice que cuando una cosa ha logrado la perfección es cuando ya a nadie le interesa... y es cierto!!! tal y como él lo dice: ¿recuerdan ustedes por ahi de 1992, cuando hubo el boom por la multimedia? ya a nadie le importa, porque la multimedia ya viene con todas nuestras PCs: reproducción de video y sonido con muy alta calidad así como una completa integración con texto y datos... ya eso lo tenemos todos, entonces pues, ya a nadie le interesa la multimedia... siendo que vivimos día a día con ella.

De igual manera, en el cine ya no nos impactan los efectos especiales porque ya todos son tan perfectos que parecen reales. Claro, hay excepciones, pero ya no es tan frecuente el impacto visual de los efectos especiales porque ya los adelantos tecnológicos están llegando a sus propios límites.

La comodidad es el peor enemigo de la perspectiva

Toda la evolución que han sufrido las cosas a nuestro alrededor, como mencioné párrafos atrás, nos está haciendo perder la perspectiva.

La comodidad que nos brindan las cosas que nos rodean nos hace apáticos. ¿O acaso no han ustedes escuchado por ahi decir a alguien que no se compra una Palm porque un par de meses después sale una versión mejor? ¿y qué me dicen de los automóviles? ¿acaso la gente que se quiere comprar un auto no prefiere esperar unos meses a que salga el modelo del año próximo para así traer un carro más avanzado?

Son contadas las personas que son realistas a la hora de notar que no todo lo nuevo es mejor a lo actual. Siguiendo el ejemplo de los automóviles, por ahi recuerdo cuando al Volkswagen Sedán -el infalible "vocho"- le hicieron 10 mejoras de un año a otro... y todas eran sólo pequeños detalles que si no los anuncian por televisión, la gente ni los nota. Pero eso sí... el dichoso cochecito costaba varios miles más gracias a esas "mejoras". Y a fin de cuentas, ese grado de perfección que le metieron a los vochos no pudo evitar que la Volkswagen tronara y otras marcas le comieran el mandado.

Otro buen ejemplo es la mismísima Britney Spears... ha modificado tanto su cuerpo que ya a los buenos catadores de féminas nos da weba ver lo exagerado de sus curvas. El grado de perfección que quiso meterle a su cuerpo hizo que el mismo dejara de ser bueno.

Todo con exceso, nada con medida

Pareciera ser que hemos llegado a un punto en el cual los excesos son los que definen cuándo una cosa es buena. Todas las cosas que conservan medidas proporcionadas no llaman nuestra atención, y aquellas cosas que tienen más chingaderitas son las que merecen que saquemos la billetera.

Si nos hiciéramos un poquito más observadores, notaríamos esas pequeñas cosas que hacen que algo sea bueno, lo compararíamos con algo que es perfecto, y nos daríamos cuenta de que no todo lo que brilla es oro. Y si a eso le agregamos el ingrediente que tiene todo lo que nace pretendiendo "ser perfecto": el de la muerte súbita, terminaremos concluyendo en que lo bueno fue mejor que lo perfecto :)

¿Muerte súbita?

Sip, todas las cosas (objetos o personas) que nacen pretendiendo ser perfectos tienen un ciclo de vida muy corto. Tomemos como ejemplo el mundo de la música: haz memoria y trata de recordar grupos que nomás sacaron una o dos o tres canciones y ya no hicieron más... ¿Te suena Ace of Base? ¿Milly Vanilly -o como se llamasen-? ¿qué me dices de Ratt? ¿Y ZZTop? si no te suenan, todos los anteriores sun unos cuantos de los cientos de grupos que formaron parte de la cultura pop: nacieron, fueron explotados y murieron en poco tiempo. Okas, uno que otro duró algunos años en las listas de popularidad... los otros no pasaron de semanas.

Y la misma trayectoria han tenido deportistas, automóviles, marcas de computadoras y fabricantes de condones.

Sólo aquellos que aceptan el camino de la perfección formada con el pasar de los años sobreviven lo suficiente como para llegar a ese punto en el cual se detienen, miran hacia atrás, miran cómo eran cuando comenzaron, miran como están actualmente y dicen "hasta aquí me he perfeccionado".

Ah, pero, ¡momento! que cuando uno piensa que algo propio es perfecto, no necesariamente lo es... tal como dijo Antoine De Saint Exupery: "Sabes cuándo llegaste a la perfección en el diseño, no cuando no tienes nada más que agregar, sino cuando ya no tienes nada más qué quitarle"...

Lo perfecto siempre tiende a subir, lo bueno tiene sus caídas

Creo que el verdadero punto de perfección en las cosas no podemos darlo cuando las cosas son nuestras. Sería demasiada vanidad. Ahí más bien le toca al resto de la gente el determinar si algo puede ser considerado perfecto. Bueno, nunca se le dará gusto a todo el mundo -eso es algo imposible de lograr-, pero siempre habrá una mayoría que será la que tendrá, hasta cierto grado, la razón.

Una cosa que he notado es que las cosas buenas de repente se vuelven malas, y las cosas "perfectas" nunca tienen esas caídas. Eso le ha pasado a uno de los programas de diseño gráfico que más uso: el Corel Draw. En algunas de sus versiones, este programa ha sido verdaderamente genial, en otras, un auténtico infierno. Pero ha llegado a un punto en el cual su funcionalidad es tal que no me he visto forzado a actualizarlo.

Igual le ha pasado a Metallica: ha tenido sus caídas, aunque la última ya ha durado muchísimos años. Igual le pasó a Aerosmith. Igual le pasó a Kiss. Igual le ha pasado a los helados Holanda, al chocolate Tin Larín, a IBM (!) y a otros miles de cosas. Pero ahi siguen... algunos a punto de extinguirse, otros no tanto, pero ahí siguen.

Creo que el mejor indicativo de que algo no es bueno es cuando comienza a dar patadas de ahogado, esto es, cuando ya ha caído demasiado y de repente le echan los kilos para rescatarlo. La gran mayoría de los casos que han pasado por esto, terminan desvaneciéndose. Ahi tienen los jeans Jordache... los Edoardo's y las playeras Chemisse Lacoste, nomás por citar algunos :)

Bueno/malo vs perfecto/patético

La verdad es muy difícil mantener las cosas en el nivel de lo "bueno". Siempre nos veremos tentados a irnos más allá, sin tomar en cuenta de que al aumentar la banda de flotación de la calidad de lo que hacemos se ensancha, y así como de lo bueno podemos pasar a lo malo, al rebasar lo bueno y llegar a lo perfecto, podemos terminar cayendo en lo patético.

Mi amiga Karla me comentó alguna vez sobre la "ley del péndulo"... si jalamos un poco el péndulo, digamos, del lado de lo malo, este comenzará a mecerse dentro de esos ángulos: bueno/malo, bueno/malo... pero si lo jalamos hasta arriba y lo soltamos, digamos, para que se vaya hasta lo perfecto, el mismo péndulo puede golpearnos en la mano.

En la misma vida podemos aplicarlo: sería perfecto ganar el premio mayor de la lotería, cierto? ...pero... suponiendo que le pegásemos al gordo... ¿acaso no tendríamos que contratar un guardaespaldas para así poder evitar que nos secuestren? en este punto, ya rebasamos los límites de lo bueno/malo y nos fuimos a lo perfecto/patético :)

Nada en exceso es bueno, y mientras más conscientes estemos de ello, menos peligro correremos de perder la perspectiva en estos asuntos.

Ahi se los dejo de tarea ;)

Documento originalmente publicado en whitepuma.net en may 11, 2003.

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