Uno de los factores comunes a toda sociedad es el trabajo.
Muchos piensan que el trabajo no es precisamente sinónimo de placer, por supuesto esto es sólo la opinión de algunos, pero lo que resulta innegable es que el trabajo es una tortura, al menos etimológicamente hablando.
La palabra "trabajo" surge de "tripalium" (tres palos), palabra con la que, alrededor del siglo VI, se denominaba a un instrumento de tortura compuesto de tres maderas cruzadas en las que el "trabajador" era azotado o golpeado.
En castellano se encuentra a principios del siglo XIII, la voz "trebajo", con el sentido de "dolor", "esfuerzo" o "sufrimiento". Recién desde el siglo XIV los filólogos nos enseñan que la palabra empieza a cobrar su sentido actual.
Esto, en principio, nos evidencia que en los inicios de la historia, los hombres resultaban ser más conscientes que ahora, algo, por cierto, nada difícil.
Viene al caso recordar que la palabra "tortura" o "tormento", de las cuales surgen posteriormente palabras tales como "tormenta" derivan de "tortus" y "torquementum" respectivamente. "Tortus" significa "torcido", y "torquementum" "el resultado de torcer" , o de hacer un "torniquete".
Todas estas palabras surgen de los "productos" de un instrumento de tortura que solían usar los verdugos, el cual consistía simplemente en una cuerda retorcida que se ataba a los brazos y piernas del reo y que era "retorcida" luego con un palo para cumplir la función para la que había sido creada.
Aunque resulte paradójico, quizás tú nunca te has preguntado por qué trabajas. Por qué, o en qué, en definitiva, inviertes tu existencia. ¿Qué sentido tiene trabajar?.
Lo obvio raras veces traspasa la consciencia y, mucho menos, es cuestionado o evaluado, el trabajo parece ser lo más natural del mundo, y lo es en sociedad.
En una sociedad basada en el trabajo una sola cosa es necesaria: el dinero. Para todo se lo necesita, resulta ser la llave maestra imprescindible que nos abre todas las puertas...o eso parece.
Se puede afirmar también, sin que muchos estén en desacuerdo, que la gente tiende a buscar con cada uno de sus actos la felicidad, el placer, evitar el dolor y el sufrimiento. Por lo tanto el trabajo sólo puede ser concebido como un sacrificio que la gente hace para ser feliz.
La gente se siente feliz vistiéndose, la gente disfruta comiendo, haciendo el amor y viendo T.V. Para cada una de estas cosas, y para las otras cientos de cosas básicas que exige la vida, es necesario el dinero. Es un hecho que la mayoría de las personas deben sacrificarse para obtenerlo, a diferencia de los esclavos, se "autoexplotan", y los que no lo hacen también trabajan para que los demás trabajen mientras ellos "no trabajan".
Es un hecho también que la mayoría niega que esto sea un sacrificio, es más, suelen darle un sentido contrario al que tan acertadamente expresa el sentido originario de la palabra que designa esta actividad.
¿O será que existen millones de masoquistas encubiertos?
No se puede salir desnudo a la calle, no se puede vivir del aire, no se puede copular en un lugar público. La privacidad se obtiene gracias a las paredes, las paredes cuestan dinero, la tranquilidad cuesta dinero.
Vivir en sociedad cuesta dinero, y obtener dinero implica una obligación diaria ineludible, una rutina, implica, en mayor o menor medida, sufrir.
Si tu eres una persona que siempre vivió en sociedad, te resultará difícil creerlo, pero existen lugares en la Tierra en los que el hombre aún no ha dejado su huella, lugares vírgenes e inexplorados, lugares libres aun, ausentes de seres humanos, lugares naturales. Lugares en los que uno puede prescindir de la autotortura y, en algún grado, empezar a comprender lo que significa ser libre.
Quizás ahora tengas cierta idea de por qué me considero libre.
Y quizás comprenda ud. señor responsabilidad, el porqué me cago en lo que piense. también porqué no me levanto sonriente, cada mañana, para ir a trabajar...
Documento originalmente publicado en whitepuma.net en dic 30, 2004.