¿En realidad necesitamos tanta narcoserie?

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Recuerdo algunos conocidos que gozaban de la telenovela colombiana "Sin tetas no hay paraíso". Llegué a ver algunos episodios y reconozco que la producción y la historia eran buenas, pero no me dejaba un buen sabor de boca el pensar en cómo un tema tan sombrío podría impactar a las audiencias particularmente vulnerables a este, y cómo el éxito de dicha serie podría marcar una tendencia en el futuro.

Y lo hizo.

Hoy en día tenemos un abanico bien nutrido de series relativas a la cultura del narco. Por mencionar algunas:

  • "Narcos", de Netflix.
  • "El Señor de los Cielos", de Telemundo.
  • "La Reina del Sur", de Telemundo.
  • "Rosario Tijeras", de TV Azteca.
  • "Perseguidos", que reemplazó a "El Capo", de TV Azteca.
  • "El Cartel de los Sapos", de Caracol Televisión.
  • Y, vaya, "Sin Tetas no hay Paraíso", también de Caracol Televisión.

Y en este fenómeno se centra mi crítica, pues no soy el único que vive en un país azotado por los carteles de la droga y que ya tiene suficiente con ver las consecuencias en los noticieros como para todavía tener que lidiar con empresas que producen contenidos basados en esto y que, amén de ser una excelente fuente de ingresos para sus realizadores y transmisores, nos dan bofetadas de realidad que no aportan nada bueno al tejido social.

En este punto puedes decirme que soy un mamón y que si no lo quiero ver, pues que simplemente no lo vea. Y tienes razón, lo mismo aplica para ti al estar leyendo mi opinión, así que si no quieres ver mi punto, estás cordialmente invitado a navegar a otro lado.

Todos los que estamos en contra de dichos contenidos estamos hartos de ver cómo una y otra vez, día a día, tanto criminales como autoridades corruptas hacen crecer en nosotros ese sentimiento de asco hacia el lugar en el que vivimos, sea este el barrio, la ciudad, la región, el país, incluso el planeta.

Ya sabemos que a nadie de los que lideran a nuestra especie (en todos los posibles planos de liderazgo) le importan un carajo las condiciones de vida del resto, pero es preocupante ver que a los líderes del entretenimiento humano les importa un carajo ver cómo se deterioran las condiciones psicológicas de la masa humana con el fin de shockearnos, ganarse premios o carretadas de dinero.

La fórmula "shockea a tu audiencia y ganarás dinero" ya ha rebasado los límites de lo sano. Ya el tejido social está tan descompuesto, que la cultura del narco se ha convertido en parte del pan de cada día en nuestro entorno, ayudando a que cada vez somos menos las células familiares conscientes del problema y que prefieren mantenerse lo más al margen posible, ya que no todos tenemos los medios para mudarnos a lugares menos expuestos o a sociedades menos descompuestas.

Por ahí se ha visto que algunos legisladores han pensado en promover leyes que prohíban este tipo de contenidos, pero tampoco se trata de eso. Se trata de hacer entrar en razón a quienes vengan con la idea de realizar una nueva serie basada en el narco y desmotivarlo, ya que, afortunadamente para todos nosotros, la razón sigue siendo el motivo más poderoso de avance como especie.

Si eres de quienes gusta de estos temas, te invito a reflexionar sobre tus gustos. Por mucho que digas que no te afectan, recuerda que no vives en una isla desierta, y que por cada persona no vulnerable como tú, hay diez mil que sí lo son, y esas son las masas que terminan pavimentando la ruta hacia el precipicio.

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